Casi pierde un pie, aprendió albañilería, hizo su casa y se recibió de profesor

“Hoy estas alzando tu cartel de egresado, a vos que te dolió tanto; trabajabas y cursabas, a vos que te dolía todo el cuerpo por largas jornadas de trabajo forzado y después venías a bañarte, cambiabas de ropa y te ibas a correr 10km, ¿te acuerdas?”, remarcaba en una publicación Johana Legler, mujer de Walter Gutiérrez papá de tres hijos quien es el protagonista de esta historia.

Comenzó en el Instituto de Educación Superior Santa Elena allá por el 2008 -primer año- llegando cumplir con varias materias hasta 2009, año que dejaría definitivamente para volcarse a trabajar a raíz del nacimiento de su primera hija.
Su experiencia laboral pasó por un frigorífico cárnico en la ciudad capitalina entrerriana, luego de unos años y desempleado regreso a Santa Elena haciendo las denominadas changas de albañilería e instalación eléctrica.

Tuvieron que pasar años, pasar momentos, pasar circunstancias, pero jamás pasaba en mente esa asignatura pendiente en su itinerario de terminar su carrera; se propuso en primera instancia cumplir el sueño de la casa propia, que actualmente se encuentra ubicada por calle Tucumán en barrio Hipólito Irigoyen, de la ciudad de Santa Elena, culminando junto a su esposa dicha obra, para luego volver al ruedo universitario.

Fue en 2018, diez años después, para comenzar a terminar su carrera, volvió a inscribirse entusiasmado, aunque naciendo en su interior miedos encontrados a la falta de conocimientos aferrado a redes sociales y tecnología “te juro que no tenía ni un correo electrónico y otras herramientas digitales que me daban un poco de miedo, pero nunca abandoné. Pedí ayuda a mi señora y seguí para adelante”, decía Walter a InfoSantaElena al recordar esa etapa de iniciación profesional.

Pero nada es color de rosas. En 2019, al acudir en ayuda de una familia en zona costanera se introdujo accidentalmente, un hierro de diez pulgadas atravesando uno de sus pies. Fue asistido en hospital Santa Elena, luego en el San Martin de Paraná.
“Me dijeron: Sr. Gutiérrez dos días más y tenemos que amputarle una parte de la pierna”, expresó reavivando ese momento complejo, un momento que hubiese cambiado la historia radicalmente, pero se recuperó.
Hoy camina pero debió dejar el fútbol y otras actividades de intensa movilidad y apoyo en su pie derecho. También recuerda que en una prueba del profesorado implemento una plantilla de goma Eva que el mismo confeccionó para reducir el impacto, porque tenía que correr 10 kilómetros “ese día fue memorable, no solo corrí y estuve dentro el tiempo promedio correspondiente, incluso, casi a la par de aquellos colegas que hacían triatlón y otras actividades relacionadas, cuando me descalcé tenía el pie morado pero bueno; pude superar ese desafío no solo en mi carrera sino en la vida misma”, resaltó Walter.

“Siempre me gustó el deporte, me gustaba las condiciones físicas que esto conlleva; pero fundaméntateme, me anoté a esta carrera para poder tener la posibilidad de transmitir algo, dejar una huella a través de la docencia. Los gurises son mi debilidad, siempre me gusto esa energía renovadora”, agregó Gutiérrez.

Es así que llegamos al fin de esta breve historia que engloba realidades crudas, de sacrificios y sin esperar nada de nadie, simplemente por cuenta y esperanza propia.
"Nadie llega sólo a cumplir un sueño. Siempre tenemos personas a las cuales les debemos esas fuerzas que nos dan cuando más lo necesitamos. Yo por bendición la tuve. Y hasta el día de hoy, me acompaña firmemente en todo lo que me propongo. Espero devolverte algo de todo lo que me das”, concluyó en las palabras dedicadas a su esposa. Fuente: (La Departamental Noticias)